Las personas tienen derecho a ser respetadas, a ser amadas u odiadas, a ser idolatradas o rechazadas, a serlo todo, pero recuerda, hay que elegir entre ser lo que quieras, o ser lo que los demás quieran.
Ahora estás conmigo, pero cuando me encuentro a mi misma paseando entre los recuerdos del futuro, no sabiendo hacer e intentando lanzar preguntas a lo que ya no tiene un mañana, me persigue la idea de amarrarte y hacerte escribírmelo todo. Dime la receta esa que me gusta tanto, el truco para que la ropa mantenga el aroma a hogar. Teje para mí el cuadro del pasado para poderme entender ahora, porque al final, todo lo que reservaste a un mejor momento, se quedó en eso mismo. Cuál es el amor bueno, mamá. Entráñame a la raíz del querer y rodéame entre tus brazos durante el camino. Prometo volver a recoger cada detalle para saborearlo, memorizarlo y coleccionarlo en un diccionario de <<terrores imprevistos y soledad inconexa>>. De nuevo, se me escurren los segundos entre las manos escribiendo a lo inservible y dejo perderse en el aire a la fonética que algún día echaré de menos no poder escuchar.
No quiero que votes lo mismo que yo. No me siento superior a ti por votar a X partido. Quiero que sepas la importancia de la reflexión, de construirte a ti mismo y de deconstruir lo estrictamente ajeno a ti. Como ciudadanos democráticos, las decisiones políticas no deberían estar cortadas por el mismo patrón que lo están las futbolísticas. Puedes pertenecer a un equipo por tradición familiar o por decisión propia, puedes animarlo en todos los partidos o solo en la final, y llorar de tristeza o de alegría defendiendo un escudo. Pero en unas elecciones generales, si bien es verdad que las emociones son una parte inherente al ser humano: los sentimentalismos y los fanatismos extremos deberían quedarse en casa y no jugar el partido. Aunque nazcamos influenciados, nuestro deber es construirnos y crear nuestros propios valores. Que por supuesto no son cromos que vamos coleccionando, no se quedan ahí porque no son pequeñas estatuas: se mueven, se amplían, desaparecen unos y nacen otros. Y e...
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