No quiero que votes lo mismo que yo. No me siento superior a ti por votar a X partido. Quiero que sepas la importancia de la reflexión, de construirte a ti mismo y de deconstruir lo estrictamente ajeno a ti.
Como ciudadanos democráticos, las decisiones políticas no deberían estar cortadas por el mismo patrón que lo están las futbolísticas. Puedes pertenecer a un equipo por tradición familiar o por decisión propia, puedes animarlo en todos los partidos o solo en la final, y llorar de tristeza o de alegría defendiendo un escudo. Pero en unas elecciones generales, si bien es verdad que las emociones son una parte inherente al ser humano: los sentimentalismos y los fanatismos extremos deberían quedarse en casa y no jugar el partido.
Aunque nazcamos influenciados, nuestro deber es construirnos y crear nuestros propios valores. Que por supuesto no son cromos que vamos coleccionando, no se quedan ahí porque no son pequeñas estatuas: se mueven, se amplían, desaparecen unos y nacen otros. Y es natural, porque el pensamiento crítico es necesario en el ser humano y no sabemos existir de otra forma. Por eso, contra quienes hostilmente atentan contra este proceso fundamental tenemos que ser tajantes:
No, no quiero información vendida, gracias. Tampoco quiero instituciones públicas manipuladas y a favor de una minoría. No quiero que ni yo, ni los que vienen detrás, dejen de estudiar filosofía porque no quiero personas vacías. No quiero que me digan que sobran personas en las universidades porque al saber no hay que ponerle límites. No quiero que unos tengan menos voz que otros, o que ni siquiera la tengan por nacer en una coordenada que se escapa de esta frontera. No quiero un país donde haya lugar para la violencia por amar (o no amar) a quien se supone que debemos hacerlo. Ni quiero un país donde no se condene la violencia machista perpetuada porque es normal que nos violen y nos humillen si vamos provocando por ahí.
Por eso: no, gracias, no me gustan estos resultados.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ensayar

Buena música para buenos momentos.