Después el tiempo que he estado sin escribir (aunque me habría encantado que hubiese sido menos) me he dedicado a observar. He observado de todo, pero en concreto al ser humano: sus comportamientos, conversaciones, sentimientos, hábitos, logros, metas... Y me sigue corrompiendo la misma duda existencial: ¿Para qué estamos en este mundo? Porque esa es la pregunta que resume nuestra vida, que puede llegar antes o después, ser comprendida o ignorada, comprenderla o no llegar a responderla. Admiro a las personas que tienen muy claro para qué usar sus vidas, porque una vida en la que no haces lo que amas es una vida perdida, y la clave de todos esto es la antelación. Pero no estamos hechos para tener una vida perfecta, ni mucho menos amar todo lo que hay en nuestras vidas; y ahí está la magia: en las incertidumbres , en la belleza , en la perfección , en la impefección , en el tiempo , en la pérdida , en el llanto , en la felicidad , en el orgullo , en la dignidad , en la empatía , en la c