¿No has pensado nunca en lo que te pierdes al pestañear?

Quizá sólo te pierdas un gesto, o tal vez la forma de los labios que adoptan  al pronunciar una simple sílaba, o incluso otro pestañeo.
Alomejor piensas que le doy demasiadas vueltas a esto del tiempo, pero sé, que lo que me sobra ahora lo necesitaré en algún momento. Y prefiero guardar cualquier minuto que me sobre para cuando me falte.

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